ESTRÉS Y FUERZA DE VOLUNTAD

Si no contamos con el estrés, donde tendemos a movilizar todas nuestras energías para deshacernos de la sensación de incomodidad, e incluso del sufrimiento que nos provoca, podemos correr el riesgo de irnos hacia el otro lado de la balanza, y dejarnos llevar por la comodidad ahorrándonos el esfuerzo de avanzar y mejorar.

Este otro lado es sentirse tan bien, que un ánimo súper optimista impregne en exceso nuestras decisiones presentes  y nos impida un  buen avance hacia nuestras metas. Por eso el estrés tiene una parte muy buena que necesitamos, y no solo para subsistir.

La fuerza de voluntad esta muy relacionada con la mentalización de que vamos a hacer lo que queremos hacer, y conseguir lo que queremos, pese a todo. Pero en este camino hacia la meta, nos permitimos muchas veces pequeñas “licencias morales” con las que nos engañamos. Por ejemplo, si conseguimos estar un día a dieta, pensamos que ya nos podemos permitir comernos al día siguiente una galleta de chocolate, como recompensa. Nos alabamos el merito de este pequeño logro y disminuimos la claridad del horizonte de la meta final.

La tendencia a alargar las obligaciones o “deberes” tiene mucho que ver con estas licencias morales que nos otorgamos, en base a que idealizamos nuestro comportamiento futuro con respecto a algo que debemos hacer hoy. Es la típica idea de “ya lo hare mañana”. O “ahora no es el momento». Idea muchas veces engañosa.

Y así van pasando los días, y desplazando el esfuerzo a un futuro idealizado, cada vez estamos más a disposición de nuestra mente divagante, autómata e inconsciente  que nos aleja de nuestro autocontrol y obstaculiza nuestras propias decisiones.

En otras palabras: es lo contrario al fortalecimiento de nuestra fuerza de voluntad. Después llega el presente, que antes era el futuro, y nos topamos con la realidad de que cada vez, cuesta mas.

Postponer siempre lo que nos cuesta, ha disminuido nuestra capacidad de lograr lo que queremos.

La fuerza mental, y por ende la capacidad de resistir, tiene mucho que ver con esta fuerza de voluntad, pues esta, no es mas que el dominio de nosotros mismos. Todo aquello que nos cuesta hacer, y que no permite el retroceso en la aspiración del establecimiento de un buen habito, o el logro de una buena meta que nos haga sentir bien, es una conquista. Tenemos la tendencia de ir hacia lo fácil. Sin darnos cuenta de que hay que soportar el sufrimiento. No siempre huir de él.

Nos olvidamos de los retos de hoy pensando que mañana tendremos quizá más energía, o más tiempo, o lo haremos mejor, y este autoengaño merma decisivamente nuestra determinación. Es una tendencia psicológica de la que tenemos que ser conscientes .  Solo no perdiendo la conciencia del esfuerzo que hay que hacer podemos conseguir lo que queremos, e indudablemente esto nos hace mas fuertes ante las adversidades futuras que nos toque vivir.

Lola Lopez

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