La autoestima se va configurando como un “software” a lo largo de la vida. Pero cuando la empezamos a configurar de niños, es mucho más fácil que permanezca presente en la edad adulta, aunque tengamos altibajos.
Según palabras de Epstein, “el éxito llega partiendo de un padre que alaba los logros de sus hijos y es tolerante con sus fracasos”. El éxito, en todos los sentidos, está basado en la autoestima.
Quien tiene una buena autoestima no necesita ser reconocido. No pretende mas que ser el mismo y vivir en paz, dedicando sus esfuerzos a construir, crear y ayudarse a sí mismo y a sus semejantes. Porque no pierde el tiempo, lo invierte en causas que ve justas y avanza hacia sus objetivos con convencimiento. Es tolerante con los demás, porque también lo es con el mismo.
La discreción y la humildad suele caracterizar a las personas con alta autoestima, haciéndoles pasar desapercibidas, cuando su trabajo no requiere de “su venta personal”.
Siendo quizá nunca reconocidas por la inmensa mayoría, curiosamente son las personas más necesarias, las más valientes en muchas ocasiones, y las más empáticas y compasivas. Aunque sean de las que menos se sabe, no necesitan desmarcarse.
Como todo, la virtud está en la moderación. El problema empieza cuando hay muy baja autoestima o una autoestima desmesurada.
Cuando la baja autoestima se une al sentimiento de inseguridad, es cuando la intransigencia tiene el campo abonado. Es cuando no se toleran otras opiniones ni ideas diferentes a las propias. Se tiende al aislamiento como forma se “amurallarse “del resto y se utilizan pretextos basados en razones culturales, políticas, religiosas e ideológicas que tienen como ultimo fin, resguardarse de todo aquello que pueda hacer tambalear su débil seguridad y su miedo. Aun peor, queda recubierto de intentos de mostrar superioridad, de cualquier tipo, que no tienen otro fin que auto justificarse. Y que no dejan de ser un complejo más.
Estas razones son humanas, y el temor también, pero cuando se llevan al extremo, se cae en la intolerancia, con el peligro que conlleva de tener que defenderse hasta con la violencia. Lo peor de todo es que no son conscientes ni reconocidas por uno mismo. Ni por el grupo del que se forma parte, que queda dentro de la misma muralla tras la que uno mismo quiere estar.
Esta es la base de los totalitarismos, los nacionalismos, los racismos, las luchas religiosas y políticas, que están presentes en la historia del ser humano.
Una altísima autoestima, puede también ser muy peligrosa, sobre todo si está acompañada de una enfermedad mental como la psicopatía, una alta capacidad para el liderazgo, y una desmesurada ambición. Estamos entonces ante un coctel explosivo.
Por ejemplo, en la última guerra mundial, el líder capaz de exterminar a cientos de miles de personas fue visto como alguien digno de seguir, ya que podría mejorar la vida de la gente. Como una especie de redentor de la humanidad.
Se supo “vender”, a fuerza de liderazgo y ausencia de sentimientos. La buena fama que se supo construir le precedió ante sus seguidores, antes de salir a la luz el horror y el desequilibrio mental que había detrás de todo esto.
La buena imagen que dan algunos malos muy malos, tiene mucho que ver con la alta, digamos exacerbada, seguridad en sí mismos, pero también con la ausencia de afectos y la exagerada teatralidad.
Si nos dijeran si somos capaces de encumbrar a un psicópata, de seguirlo, considerarlo, e incluso ayudarle, ¿nos lo creeríamos. Responderíamos que obviamente, no.
Pero no somos conscientes de que están en todos partes revestidos de la autoridad que les da la confianza fácilmente forjada en sí mismos, que les compensa en cierto modo, de la ausencia de afectos, buenos sentimientos, y emociones positivas.
Por tanto, nuevamente hay un equilibrio, una medida justa para todo y cuando hablamos de autoestima, nos referimos a la autoestima sana, que nos hace crecer y construir en vez de destruir. Y este tipo de autoestima, comienza en nuestra infancia y se va forjando a base de afectos y tolerancia.
LOLA LOPEZ
AUTORA DEL LIBRO MINDFULNESS EMPRESAS. “LA EXCELENCIA EMPIEZA EN TI”. http://myBook.to/MindfulnessEmpresas y de «MINDFULNESS. LA REDUCCIÓN DEL ESTRES»
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