MIRAR HACIA ARRIBA ( la búsqueda de novedad)

Una de las razones por las que nos desplazamos con el pensamiento y el deseo hacia el futuro, es por la necesidad que tenemos de encontrar lo nuevo y desconocido. La ilusión también forma parte de lo que nos motiva, y a veces lo que nos motiva es la sorpresa, lo que no esperamos, lo que imaginamos será bueno una vez que lo tengamos, la necesidad de conquistar lo que suponemos va a ser mucho mejor de lo que tenemos, de lo que no es rutinario para nosotros.

Pero lo diferente no nos es indiferente. Soñar también es necesario. De hecho la dopamina que nos guía hacia la consecución del placer, y que se haya presente en nuestro cerebro, nos moviliza ante la expectativa de recompensa, y esta tiene mucho que ver con lo que no esperamos, con lo que no forma parte de lo que ya tenemos.

Estar permanentemente en el aquí y ahora, con lo que nos es familiar, y viviendo conscientemente a realidad es algo bueno para centrarnos, e impedir que nuestra mente divagante guie nuestra vida. Pero cuando nos movemos mentalmente hacia el futuro, también tenemos la posibilidad de visualizar cosas buenas que nos pueden pasar, y esto constituye la ilusión y nos hace tener motivación por muchas cosas que anhelamos.

Es verdad que una vez conseguidas, ya forman parte de lo rutinario, pero nuestra mente tiende a volver a tratar de imaginar una nueva meta no conocida, porque aunque lo conocido y rutinario nos da seguridad, no siempre y en todo momento da sentido a nuestra vida. El sentido también lo encontramos en la búsqueda de lo que nos hace sentirnos vivos, emocionarnos, crear expectativas ilusionantes, aunque estas a veces nos hagan evadirnos de la realidad. Es que nuestra mente también necesita evadirse de la realidad de vez en cuando.

El problema es que una vez conseguido, se convierte en el presente rutinario, y ya pierde mucho aliciente. Pero este es el motivo por el que siempre soñamos con lo que no tenemos y no apreciamos lo que ya tenemos. Sin embargo nos satisface mas conseguir lo que aún no hemos vivido.

El espíritu de conquista, de creación, de invención, de nuevo descubrimiento, a fin de cuentas se debe a esta motivación que tenemos de volver a ilusionarnos, y que nos mueve en muchos aspectos. Es la motivación por seguir vivos, lo contrario es la inercia, el dejarse llevar e ir perdiendo la capacidad de disfrutar, porque aunque disfrutemos de lo rutinario, siempre necesitamos este aliciente que es la búsqueda de lo que no conocemos.

En parte nuestra posibilidad de adaptación a los cambios esta determinado por la costumbre de formularnos constantemente nuevas preguntas sobre lo que nos pasa, sobre lo que tenemos, y las decisiones que vamos tomando en distintos momentos de nuestras vidas. La felicidad no solo es adaptación y conformismo, también es búsqueda e ilusión. Se trata más bien de iniciar un vuelo hacia arriba dejando de mirarnos a los pies.

Lola Lopez

 

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