La comunicación es un arte, donde hay dos protagonistas: el receptor y el emisor. Ambos, juegan un papel de importancia parecida.
En el arte de la comunicación, hay que saber crear unos «lazos de dialogo». No se trata de emitir un discurso y «descargar» una información en el receptor. Ni tratar a cualquier precio de conseguir lo que pretendemos. Sino de seguir unas pautas, que incluyen saber escuchar, y que podriamos resumir en lo siguiente:
•Sintonizar con el interlocutor atendiendo lo que se dice y como se dice
•Tener interés por la otra persona : escuchar con empatía y suspender los juicios de valor.
•Tener paciencia y tolerancia a la ambigüedad para permitir que la otra persona pueda expresar su idea
•Saber distinguir la objetividad de la subjetividad del mensaje. Habra mayor acercamiento y menos malentendidos si hablamos desde la objetividad.
•Abordar la conversación acogiendo la emoción que sentimos como algo natural
•Reconocer y acoger la emoción de la otra persona
•Ser claro y asertivo
Es necesario darse cuenta que nuestro interlocutor es una persona, que debe y necesita ser escuchada primero.
La base para que una buena comunicación, sea fluida, y el mensaje llegue de forma eficaz al interlocutor, es tener en cuenta al otro ser humano, como ser humano, no como objeto del mensaje, sino como parte integrante de la comunicacion, y como alguien completo, con inteligencia y emociones, que igual que debe estar dispuesta a escuchar, tambien merece ser escuchada con atencion.
La escucha debe ser una escucha activa, analítica. Interesándose por la persona en su conjunto.
Solo de esta forma, conseguiremos que haya una perfecta simbiosis entre lo que decimos y lo que queremos decir, entre la razón, y el sentimiento.
Creando un “rapport” o clima adecuado, podemos entender mejor a nuestro interlocutor, y adaptar nuestro mensaje a la persona. Y no al revés. Lo cual es un error que solemos cometer.
Para conseguir una buena comunicación, completa y efectiva, esta, debe ser, en primer lugar, CONSCIENTE.
Consciente significa darse cuenta plenamente del momento de la comunicación, y de nuestro interlocutor como persona. Con necesidades, pero también con expectativas, sentimientos y creencias.
No solo es comunicar de forma amena, sino también de saber escuchar empáticamente.Ser capaces de ponernos en el lugar del otro y de comprenderlo.
LA EMPATIA QUE DEBE NACER EN CADA COMUNICACION, TIENE UN ELEMENTO COGNITIVO Y OTRO EMOCIONAL
En la comunicación, se trata de desarrollar, más de lo que lo hacemos habitualmente, el elemento emocional. Conectar con las emociones. Interesarse por la persona con la que hablamos. Su bienestar, incluso por su trabajo, por su familia… Eso tambien significa escuchar.
Si en un momento determinado sentimos algo, es mejor no gastar energías en disimularlo, sino integrarlo de forma efectiva en la comunicación. Y hacerlo con honestidad. Incluso aunque tengamos que reconocer lo que sentimos. Asi tambien facilitamos a nuestro interlocutor que lo haga.
Asi mismo, ciertas dosis de espontaneidad y sentido del humor, son mas que recomendables.
Solo cuando establecemos una mayor conexión entre la persona que emite el mensaje, y quien lo recibe, podemos reducir los malentendidos, y estar seguros de haber dicho lo que queríamos decir. Y mas seguros también de que se nos ha entendido.
Esta conexión se hace escuchando verdaderamente, con interés, al otro.
Sabiendo escuchar captaremos mucho mejor, la atención de nuestro interlocutor.
 ¿Has sentido alguna vez que el diálogo ha sido muy difícil con alguien? ¿Has vivido alguna vez la típica “conversación de besugos” donde el mensaje verbal de uno y de otro, parecía estar en idiomas diferentes?.
¿Te has sentido enjuiciado, interrumpido frecuentemente? ¿Notando que no eras escuchado? Seguro que te ha pasado en más de una ocasión. Seguro que te has sentido incómodo.
¿Has ido con la intención de contarle a alguien algo, y al final te lo ha contado el a ti, no dejándote hablar?.
Todos estos síntomas, con sus desenlaces, no son más que faltas de empatía. De falta de conexion. De no saber escuchar activamente. Algo tan importante en cualquier tipo de comunicación.
Cuando una conversacion tiene como finalidad “vender una idea”, un producto o un servicio, la escucha activa y consciente es de vital importancia. El interes que muestres en entender al otro, actuara en tu favor.
No se trata solo de presentar y trasladar el mensaje de la venta. Se trata de adaptarlo a nuestro interlocutor.
Para ello, que mejor manera que ponerse en los zapatos de otro, olvidando nuestras propias necesidades e intereses personales en ese momento.
No escuchemos con prejuicios, sino con apertura. Escuchar no es oír. No es ir con ideas fijas. No es hacer juicios de valor. No es solo trasladar ideas y frases.
Es adaptar el mensaje a las personas. Hablar también desde el corazón.
“Eleva tus palabras, no la voz. Es la lluvia la que hace crecer las flores, no los truenos”. Rumi.

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