La orientación hacia modelos de dirección, que cuiden la satisfacción de los empleados para conseguir mayor eficiencia y productividad, es una de las mayores preocupaciones, presentes ya afortunadamente, en muchas culturas empresariales.
La valoración del elemento humano empieza estar en auge, ya que por pura logica, sabemos que un empleado desmotivado e insatisfecho, no rendirá lo que se espera de él.
Si esta situación es prolongada, contagiara su poco entusiasmo a los que tiene a su alrededor, y su eficacia en el trabajo será hasta lamentable, si no se siente involucrado, motivado y valorado.
Más o menos, cualquier empresa realista, sabe dar mucha importancia al liderazgo, a la comunicación, a la ética, y a esa serie de habilidades sociales que llamamos Inteligencia Emocional.
Los principios de un liderazgo excelente ya han sido definidos muchas veces, y aquellos que tienen personas a su cargo, y que por tanto se ven en el papel de líderes, se preguntan más de una vez, ante estas descripciones-tipo de liderazgo, si ellos son buenos líderes, o si en el mejor de los casos, alguien les puede enseñar a serlo.
Pues cumplir con todos los requisitos, a veces parece misión imposible, y puede ocurrir, o bien que no nos veamos tan perfectos, o bien que no nos sintamos tan identificados.
Si un líder se atiene al esquema que ya contemplamos, como el apropiado para ser un buen líder, encontrara, que lo que se exige del líder es, en definitiva: obtener buenos resultados y los mejores beneficios.
Todo ello revestido de conceptos que suenan a veces grandilocuentes, pero que cualquiera aceptaría sin duda, como necesarios y convenientes.
¿Pero te has parado a pensar que significan estas descripciones de buen liderazgo para ti?
¿cuáles son tus propios principios?
¿coinciden todos necesariamente, y en el mismo orden a como están descritos en la organización?
Tal vez te sorprendas, que si conectas muy bien con lo que piensas y lo que sientes, tus principios de liderazgo cambiarían desde tu subjetividad.
Puede que algunos importantes para tu empresa no lo sean tanto para ti y, al contrario.
Es importante saber que es lo verdaderamente relevante para nosotros, y lo que llevaríamos a cabo más en concordancia con nuestra naturaleza e inquietudes.
Cuando llegan situaciones conflictivas, mucho más cuando estamos en un CAOS absoluto, necesitamos saber primero que es lo importante para uno mismo.
Tenemos que tener claro que es, para poder sujetarnos a algun convencimiento propio que no nos cree más inquietud, sino que nos de confianza para encaminarnos al logro.
En sesiones llevadas a cabo en la formación de liderazgo consciente, se ha podido comprobar, que aquellos conceptos que tenían que ver con un eficiente desempeño, como una adecuada planificación o mantener un criterio ético hacia el cliente, no eran precisamente los que los ejecutivos señalaban como mas destacados.
Hay conceptos como: amabilidad, generosidad, justicia, respeto, que, para una persona, pueden estar por encima de las reglas morales y de liderazgo de una compañía, pues cada uno, tenemos las nuestras.
Nuestras propias reglas o principios pueden no estar reñidos , en un momento dado, con los que consideran la mayoría, pero en caso contrario, es mucho más efectivo, seguir nuestra conciencia, que actuar en base a lo que alguien ha escrito desde la teoría.
Si lo que crees más adecuado, es comportarte amablemente con tu gente, o tratar de encontrar la verdad y la justicia, en casos necesarios, aunque esto no sea lo primero que se te exige, ayudara más a los objetivos que priorizar lo que otros han definido, pues lo harás desde la honestidad.
Por tanto, para dirigir bien a las personas en una organización, se exige un autoconocimiento y una exploración profunda de lo que realmente nos mueve y nos importa, de cara a los demás, a nosotros y a la sociedad.
Nuestra propia sabiduría, nos suele dar las claves para liderar con excelencia.
Hacer una jerarquía propia de las normas organizativas, y atender lo que realmente creemos es más importante, hará el camino más fácil y más corto, pues estarás actuando de acuerdo a tu conciencia.